INTRODUCCIÓN El
teatro era el único
género literario que disponía en Roma de una
tradición popular, caracterizada
por una tendencia a lo sarcástico, el llamado por el propio
poeta Horacio italum
acetum. Destacan dos formas
populares: las farsas atelanas y el mimo.
Las
farsas
atelanas
son pequeñas representaciones burlescas basadas en la vida
cotidiana y en la
que aparecen tipos fijos representados por actores no profesionales que
usan
máscaras: el viejo inocente, el glotón y el joven
alelado. Cuando se comienza a
representar tragedias con influjo griego, las atelanas pasan de ser un
género
dramático menor a representarse como exodium
de éstas, es decir, como
farsas conclusivas del espectáculo dramático.
El
mimo
era una representación en la que
tanto hombres como mujeres sin máscaras daban vida a escenas
de la vida diaria
sobre un texto en prosa. Según la tradición las primeras representaciones dramáticas se deben a Livio Andrónico (c.284/204 a. de C.), a quien se le encargó la puesta en escena de un tragedia y una comedia traducidas del griego para celebrar los "ludi Romani" con motivo del fin de la primera guerra Púnica. En
la denominación que
la literatura latina utiliza para las obras dramáticas no se
habla de tragedias
y comedias; el término para cualquier tipo de
representación es
"fabula". La distinción entre unas formas
dramáticas y otras se basa
más bien en el origen del asunto tratado y en la
caracterización de los
personajes en escena. De esta manera se distinguen los siguientes tipos
de
dramas: en
tono de
tragedia:
1-
Fabula
cothurnata:
Tragedia de asunto griego en la que los actores usaban el
"coturno" o calzado alto característico de la escena
griega.
2-
Fabula
praetexta: tragedia
de tema romano en la que los actores visten la toga
praetexta
típica de
ciudadanos romanos. en
tono de comedia:
1-
Fabula
palliata:
comedia latina de asunto griego. Recibía este nombre porque
los
actores se cubrían con el "pallium" o manto griego.
2-
Fabula
togata:
comedia sobre temas y personajes romanos en la que los actores
vestían la toga.
Una diferencia es que en Roma no existió una especialización de los dramaturgos en trágicos y cómicos. Los iniciadores del género, Livio Andrónico y Nevio, escribieron indistintamente obras de argumento trágico y cómico, sólo a partir de Plauto se observa una tendencia a ceñirse a uno de los géneros. Otra característica es que los comediógrafos romanos se permitieron grandes dosis de originalidad en sus adaptaciones, a veces hasta utilizan en una misma obra argumentos de distintos originales griegos e incluso escenas de autores distintos. Este procedimiento se conoce con el nombre de contaminatio. |