Las historias que aquí se presentan están protagonizadas, sin excepción, por mujeres. Mujeres griegas, todas ellas con historias apasionantes y fantásticas: unas enfrentadas y otras colaborando con los héroes griegos. Aunque míticas, son auténticas en la imaginación de la historia y la literatura. Ellas brillan con luz propia y destacan incluso quizás por encima de los varones en muchos casos. Son “diferentes” -¡Superheroínas!- y se muestran mucho más humas y reales. Así pues, frente a los fantásticos y sobrehumanos superhéroes, las superheroínas lo son, en su mayoría, precisamente por lo contrario: por sus rasgos de intensa autenticidad, aunque enmascarados tras características fabulosas y envueltas sus historias en un entorno de prodigios.
Mostramos aquí a las heroínas de la guerra de Troya, que viven situaciones límite: a Helena (la seductora, adúltera y causa de la guerra); a su hermana Clitemestra, la asesina; a las fieles y enamoradas esposas Penélope, Andrómaca y Laodamia; a Ifigenia, la hija asesinada y a Electra, la hija asesina; a Casandra, la profetisa, prototipo de víctimas. Y, de otros temas míticos -a cual más extraordinario-, a la muy heroica Antígona, a las apasionadas Adriadna, Fedra y Medea, arrastradas a extremos por amor; a las Amazonas, agresivas y guerreras; a Atalanta, otra mujer “viril”, cazadora y luchadora. Y, en fin, una mujer no mítica, sino de ficción literaria, de la comedia aristofánica, Lisístrata, inteligente pacifista, no menos heroína que las otras.